Suelen ser la parte del cuerpo más olvidada y, sin embargo, se los debe mantener en perfectas condiciones porque soportan el peso del cuerpo y además nos transportan de un lugar a otro.
Por ello conviene hacer el siguiente proceso de pedicuría una vez por semana.
1. Poner los pies en agua caliente y frotarlos con un cepillo activamente para eliminar la piel muerta y las callosidades.
2. Después de secarlos perfectamente, aplicar una crema nutritiva dando un masaje con el dedo pulgar encima del empeine y los otros dedos en la planta del pie; hacer presión con el pulgar sobre cada tendón desde la parte de los dedos subiendo hacia el tobillo.
3. Las uñas deben cortarse rectas, sin redondear las esquinas ya que se exponen a que se encarnen. Pero no cortar demasiado porque quedaría sin protección la punta del dedo. A continuación, limpiar los bordes con una lima de cartón esmerilado.
4. Preservarlos del mal olor, aplicando todas las mañanas después del baño polvos de talco desodorante.
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